Algunos interrogantes de la Luna.

Benjamín Afonso Suárez.

A pesar de que el  hombre ha puesto ya su pie en nuestro satélite y constatado algunas cosas que creía saber de éste, sobre todo de su composición, la Luna no ha perdido ni un ápice de sus efectos inmedia­tos sobre el observador terráqueo, desde los materiales a los síquicos y románticos.

No parece muy importante para la creación la clase de masa de que esté hecha nuestra Luna. Si es de Marte, la propia Tierra o restos planetarios y/o asteroides de la época de nuestro sistema solar, lo que de verdad es muy importante es que está ahí, justamente en el si­tio que está, como nuestro pararrayos principal para los meteoros que se dirigen a la Tierra y prestándole a ésta un elevado número de servi­cios sin los cuales la vida aquí sería mucho más difícil.  

Esté visible o no, oculta en nuestra propia sombra, durante su tra­yectoria sideral alrededor de la Tierra, los electos de la Luna sobre ésta son perennes. Tarda unos 29 días en este repetitivo viaje, los mismos días que una rotaci6n sobre sí misma y razón por la cual siem­pre vemos la misma cara, a pesar de lo cual cada vez que la miramos parece como si observáramos un rostro diferente. 

A una distancia nuestra de unos 384.000 Km., su diámetro de unos 3.400 Km. se refleja en un disco que a simple vista parece de unos 50 cms. de Dm., los mismos que refleja el disco del Sol cuando lo mi­ramos también sin telescopio a su distancia nuestra de unos 147,000.000 de Km. y con un diámetro real de unos 1,350.000 Km. 

Así la Luna se convierte en un espejo exacto que reflecta parte de la luz que recibe de nuestra estrella; principalmente en su fase de Luna llena. En estas noches no podemos negar que es fuente de inspi­ración para enamorados y poetas. 

En Estados Unidos la policía vigila más estrechamente a loa delin­cuentes porque en los días fase llena aumenta los actos delictivos. Los gañanes, veterinarios y también algunas comadronas tienen en cuen­ta las fases de Luna llena y nueva cuando se acercan las fechas de los partos. 

La tensión gravitatoria y su brillo son de gran importancia para el navegante que, además de utilizarla en náutica, es la causa prin­cipal de las mareas. También coadyuva al crecimiento de las montañas.

Los campesinos utilizan su luz para prolongar sus jornadas de tra­bajo al llegar la noche o en la madrugada, bien sembrando, recogiendo pastos, los sembrados, realizan sus trillas, a veces en tareas colectivas de ayuda mutua que suelen ser muy populares y de las cuales emergen muchas y muy bonitas historias de amor.

Figura 1. La Luna desde la Feria del Atlántico (Las Palmas de Gran Canaria). Foto cortesía de Benjamín Afonso.

Otras características técnicas de la Luna son su superficie de unos 38.000 Km2.; su masa es unas 80 veces menor que la de la Tierra; su volumen es 1/50 veces del terrestre; su densidad aproximada­mente 0,5; atracción de su masa 1/6 de la gravedad de la Tierra. Tam­poco tiene agua ni atmósfera. Por tanto su dimensionalidad para generar y/o sustentar la vida allí es nula.

De ahí el gran valor que tiene para los habitantes de la Tierra, justamente en la distancia. Por tanto debe prohibirse al hombre cualquier tipo de explotación industrial o militar de la luna. Nos vale como es y como está, en la distancia; sin la contaminación del hom­bre.


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