ARIES

 

Daniel Marín Arcones


 

 

    Esta constelación zodiacal ocupa un lugar destacado por haber tenido lugar en ella el equinoccio de primavera hace dos mil años, importancia que se ha transmitido hasta nuestros días, pese a que está formada por estrellas débiles.

 

Aries (Cartes du Ciel)

 

Su primera referencia en la literatura occidental es con Arato:

 

Allí están también los vertiginosos caminos del Carnero, que, lanzándose a través de círculos enormes, no corre más lento que la Osa Cinosura. Es tenue y oscuro al mirarlo con la luna, pero a pesar de eso lo podrías descubrir gracias a la cintura de Andrómeda; pues está fijo un poco debajo de ella y pisa en la mitad del cielo inmenso, precisamente donde giran las puntas de las Pinzas y la cintura de Orión.

 

                                   Fenómenos, 224-232

 

    La referencia a la velocidad con la que “corre” la constelación es debido a que tanto la Osa Menor como Aries recorren toda la bóveda celeste en 24 horas, pero el recorrido de esta última es mucho mayor. Arato no menciona ningún mito asociado a esta constelación, revelando que su origen no es griego. La primera referencia al mito clásico de este asterismo aparece con Eratóstenes:

 

Fue el carnero que transportó a Frixo y a Hele. Se trataba de un animal inmortal, regalado a los dos niños por su madre, Néfele. Según narran tanto Hesiodo como Ferécides, su lana era de oro. Cuando los llevaba por los aires, dejó caer a Hele sobre la zona más estrecha del mar, que recibió de ella el nombre de Helesponto, al tiempo que se le cayó uno de sus cuernos. El dios Poseidón salvó a la joven y se unió a ella, con la que tuvo un hijo llamado Peón. El carnero , por su parte, transportó a salvo a Frixo hasta el Ponto Euxino1, a casa de Eetes, a quien regaló el vellocino de oro como recuerdo. El carnero ascendió así al cielo, y por eso es una constelación de brillo tenue. Lleva una estrella sobre la cabeza, tres en el hocico, dos en la cerviz, una brillante en el extremo de la pezuña delantera, cuatro en el lomo, una en la cola, tres bajo el vientre, una en la cadera y otra finalmente en el extremo de la pezuña trasera. Suman un total de diecisiete.

 

                                   Catasterismos

 

Notas:

                1) En griego, “mar hospitalario”: el Mar Negro.

 

    Como vemos, Eratóstenes relaciona a esta constelación con el mito del vellocino de oro. Frixo (Φριξος)  era hijo de Atamante, rey de Orcómeno, y de Néfele. La segunda esposa de Atamante, Ino, quiso sacrificar a Frixo y a Hele (Έλλη) en honor a Zeus. Néfele, o Zeus según otra versión, envió el carnero del vellocino de oro. Eetes (Αίήτης) era hijo del Sol y de la Oceánide Perse, hermano de Circe, Pasifae y Perses. Era el rey de la Cólquide, país fabuloso “al este del sol y de la luna”, y estaba casado con la oceánide Idía. Tras llegar Frixo huyendo en el carnero del vellocino de oro, fue recibido por Eetes, quien lo casó con su hija, Calcíope. A cambio, Frixo sacrificó el carnero a Zeus y le regaló el toisón al rey. Éste lo escondió en un bosque consagrado a Ares bajo la protección de un dragón hijo de Tifón. A partir de aquí se relaciona  la historia de Frixo y Eetes con la de los Argonautas, los cuales, con Jasón al frente, arribaron a la Cólquide en busca de tan fabuloso tesoro. Eetes prometió entregarle el toisón a Jasón si superaba unas pruebas. Una vez superadas, el rey se negó a cumplir su palabra, así que decidió llevárselo con la ayuda de una hija de Eetes, Medea.

 

    Los orígenes de esta constelación son oscuros, pues es una de las pocas constelaciones zodiacales que aparentemente no procede directamente de Mesopotamia. En efecto, allí era conocida como Lu2-hun-ga, el Jornalero o Aparcero, representando al dios Dumuzi, (posteriormente también conocido como Tammuz para los semitas) era el dios de la fertilidad y vegetación sumerio, esposo de Inanna (Ishtar para los semitas) y originalmente un rey pastor de Uruk. Este dios es protagonista de una de las epopeyas sumerias más famosas: El descenso de Inanna a los infiernos, donde se narra como esta diosa baja al inframundo a rescatar a su amado que había muerto de las garras de su hermana Ereshkigal y al final se consigue un acuerdo por el que el dios permanece seis meses en el mundo de los vivos y seis con los muertos, tiempo durante el cual es sustituido en el infierno por la hermana del dios, Geshtinanna, diosa otoñal y del vino. Esta vuelta a la vida es una alegoría del renacimiento estacional de la vegetación. Este mito daría lugar a la figura de Adonis en la mitología griega.  

 

Aries en Mesopotamia

 

    Cómo se transformó un Aparcero en un carnero es actualmente un misterio. Algunos autores sugieren que estamos ante un origen meramente lingüístico, ya que a finales del primer milenio a.C. se solía describir a esta constelación en Mesopotamia con la abreviación Mul-Lu (de Mul-Lu-hun-ga). Aparentemente, el ideograma Lu también se puede leer como Udu, que en acadio se lee immeru, "carnero". Además se da el caso de que el otro ideograma, Hun, se escribía de forma muy parecida al anterior. Por último, como el dios Dumuzi era el dios pastor por excelencia, quizás el carnero se introdujo como símbolo alternativo a este dios. El problema de esta teoría es que no existe ninguna referencia mesopotámica a esta constelación como un carnero, ni siquiera en fechas más tardías.

 

    Diversas fuentes sugieren también una relación entre la constelación del Aparcero y Spica. Otros autores (Belmonte) sugieren que su origen podría estar en Egipto. Se fundamenta esta teoría en el ascenso de Amón como dios supremo del panteón de Egipto, representado como un carnero, en una época (1000 a.C. aprox.) en la que la actual constelación de Aries empezaba a marcar el equinoccio de primavera. Aunque de origen egipcio,  esta asociación pudo darse en otras partes del Oriente Próximo, como por ejemplo Fenicia, región ampliamente influida por las culturas egipcia y mesopotámica por igual. Como vemos se trata de un debate aún abierto.

 

 

Nombres de las estrellas:

 

 

α Ari (2.0m):Hamal, de Al Hamal, "el carnero". También Hamul, Ras Hammel o El Nath.

β Ari (2.65m): Sheratan, de Ash Sharatan, “los dos signos”.

γ Ari (3.9m): Mesarthim.

δ Ari (4.35): Botein, de Al Butain, "el pequeño vientre".

 

 


volver atrás  

 © AAGC