(EXPLOSIONES MÁS VIOLENTAS
QUE LAS SUPERNOVAS CLÁSICAS )
En las búsquedas de
Supernovas (SNe) siempre ha estado abierta la posibilidad de descubrir objetos
astronómicos de cualquier otra naturaleza. Tomemos como ejemplo un cometa (como
el c/1998 Y2 (Li) y c/1999 E1 (Li) descubierto por el equipo de Búsqueda de
Supernovas del Observatorio Lick) o una variable cataclísmica Galáctica (como KL
Draconis, que fue inicialmente anunciado como SN 1998di)
El ejemplo más
representativode hipernova fue la SN 1998bw. Fue descubierta por astrónomos del
ESO, cuando estaban realizando búsquedas para localizar, el candidato óptico de
una nueva y potente explosión de rayos gamma observada el día 25 de abril de
1998. El espectro del objeto presentaba líneas anchas, lo que sugería una
altísima velocidad de expansión, o en otras palabras, que los gases provenían de
una explosión. La velocidad de expansión del objeto alcanzaba el valor de 30.000
Kms/sg, un 10% de la velocidad de la luz.
Sin embargo, no se
parecía a ningún tipo de las supernovas conocidas. Las líneas del hidrógeno no
estaban presentes, así que podía ser clasificada como del tipo I, pero ni las
líneas del silicio (típicas para la SN del tipo I) ni las del neón (intensas en
las del tipo Ib) eran visibles. Tales supernovas se clasifican como del tipo Ic,
pero la SN 1998bw no se parecía a las SN típicas de este tipo (ejemplo clásico,
la SN 1994I, en Messier 51). Finalmente, y por todos estos motivos, la SN 1998bw
fue clasificada con una supernova del “tipo Ic peculiar”. La velocidad de
expansión y de la curva de luz del objeto confirma el hecho de que la explosión
de la supernova sobrevino entre el 21 al 27 de abril, lo que apoya la idea de
asociar la supernova al estallido de rayos gamma observado.
Otra de las características importantes de SN 1998bw fue su luminosidad, ya que tuvo un brillo superior al de las SN del tipo Ia, que son las de mayor luminosidad conocidas. La fuente de energía de una SN después de su explosión es la desintegración radiactiva de núcleos pesados ( principalmente níquel 56 ) producidos durante la explosión, por lo que el porcentaje de estos elementos debe ser mayor que en las SNe normales. La curva de luz del objeto muestra una evolución lenta, lo que implica que gran cantidad de materia fue expulsada en la explosión.
Fotografía de la SN 1998bw, en la galaxia ESO
184-G82. Cortesía ESO
Con este evidencias teóricas, se elaboró el modelo de una “hipernova” (Iwamoto et al, 1998, Nature). Estrellas muy masivas (con una masa inicial de al menos 40 masas solares) que al evolucionar pierden su envoltura, rica en hidrógeno y helio, explotando al final de su evolución con un fatal colapso del núcleo estelar. Si la energía derivada del colapso es 30 veces superior a la liberada en el colapso del núcleo de una supernova típica, la cantidad de elementos radioactivos será también superior en 10 veces al que acontece en el desplome nuclear de un evento clásico del tipo Ia; este hecho explicaría también la altísima velocidad de expansión. El remanente creado después de la explosión, sería un agujero negro, que habría producido al crearse la emisión del “estallido de rayos gamma” observado.
Fotografía de la SN 1997ef (Sano). Cortesía Whipple Observatory
Nuevos ejemplos de hipernovas fueron buscados entre otras SNe históricas. De esta manera, y de acuerdo con sus afinidades espectrales y de la curva de luz, se puede considerar como otro miembro del grupo de hipernovas a las SN 1997ef, aunque en este evento no fue detectado el estallido de rayos gamma. Esta SN fue descubierta por el amateur japonés Yasuo Sano. Así que ánimo, que cualquiera puede ser el descubridor de una hipernova. Espero que la búsqueda y observación de SN de miembros de Grupo M 1 revelan nuevos y notables aspectos en este campo tan interesante de la Astrofísica moderna.
Hitoshi Yamaoka
Traducción y adaptación
José Ripero