|
. La Astrofotografía es una
disciplina, mezcla de arte y ciencia... de la fotografía
y la astronomía. El nivel dependerá de cada uno,
de sus gustos y su seriedad. Es a la vez la fuente de
espectaculares imágenes, que nos abren el universo, y el
registro fidedigno de fenómenos celestes. La Astrofotografía,
con su nacimiento, en esos días en que la fotografía
recién aparecía, marcó la revolución de la Astronomía
moderna. Los fenómenos por fin podrían ser registrados
sin la "subjetiva" mirada del observador. De
hecho, aparte de los aficionados, ningún astrónomo mira
realmente por un telescopio... sólo saca fotos
(o más bien imágenes ccd). Pero ese no fue el
único hecho que marcó la revolución. También tenemos
el hecho que el ojo humano solo puede detectar una
pequeña fracción de la luz obtenida por un telescopio.
La fotografía incrementó esto dramáticamente,
permitiendo ver cosas nunca antes observables. Incluso,
mediante el uso de filtros (y ahora con películas en
color) se pudieron obtener imágenes a vivo color.
Nuestro ojo es incapaz de determinar colores por un
telescopio, ya que la cantidad de luz incidente no es
suficiente para excitar las células fotoreceptoras que
ven en color. Por ello de noche vemos en "blanco
y negro". Pero aquí no se detienen las
ventajas, ya que teniendo una apropiada emulsión o
detector, se pueden registrar "tipos de luz",
longitudes de ondas distintas, que no son visibles al
ojo, como el infrarrojo. Sin duda, todas las
ventanas que abrió la fotografía
aplicada a la astronomía
fueron las responsables del inmenso salto tecnológico y
de conocimiento del siglo XX. Con el tiempo,
aparecieron nuevas tecnologías, digitales, que tendieron
a reemplazar a las placas y films: el CCD.
Este dispositivo aumentó la sensibilidad de recepción a
un máximo, y otorgando los beneficios de un archivo
digital, la capacidad de tratamiento y de análisis de
una forma más fácil y efectiva.
Bueno, eso es más o menos la Astrofotografía
Profesional, sin embargo yo asumo que ustedes están
aquí por la parte amateur, por lo que nos
enfocaremos ahora en esa parte. A medida que la Astrofotografía
Profesional iba avanzando, el aficionado tenía cada
vez más acceso a las tecnologías nacientes. Además, la
calidad mejoraba y los precios cada vez estaban
acercándose más al público. Hoy ya podemos hacer uso
de cámaras CCD a precios relativamente
módicos, y por supuesto, el uso de films comerciales
también es posible. Es más, no se necesita más que una
cámara (ojalá tipo reflex) que permita la
posición de tiempo B o T (que permite
tener la película expuesta tanto tiempo como queramos)
para poder empezar. Si la cámara es manual, mucho
mejor, ya que las automáticas o digitales necesitan
tener pilas o baterías, y por los tiempo de exposición
pueden acabarse rápidamente. Usalmente se trabaja en
exposiciones que pueden ir de las milésimas (para el
Sol), décimas o algunos segundos (Luna y planetas),
hasta varios minutos e incluso un par de horas (objetos
de espacio profundo). No obstante, gracias al tratamiento
digital, es mejor hacer varias tomas de tiempos cortos a
tener una de mucho tiempo.
En la Astrofotografía, a diferencia de la Fotografía
común, es crítica la calidad y tipo de film,
película o diapositiva utilizada. No sólo varía el
contraste, sino que también se nota la sensibilidad,
balance de colores, la falla de
reciprocidad, etc. Uno tiene que ser mucho más
cuidadoso en el tipo de rollo que va a comprar, para
obtener así los mejores resultados. Las películas, al
aumentar el asaje (sensibilidad) disminuyen el
tiempo de exposición, pero también aumenta su grano,
por lo que la definición empeora (además que no nos
permite realizar grandes ampliaciones). Incluso, como se
dijo antes, empieza a actuar el fenómeno de la falla
de reciprocidad, o efecto Schwarschild.
Debido a la poca cantidad de radiación que estimula las
moléculas presentes en la emulsión, estas tienen una
respuesta que no es lineal en el
tiempo... es decir, que una exposición de dos horas con
400 ASA no es lo mismo que una exposición de 1 hora con
800 ASA. De hecho, una exposición de 5 minutos en dos
películas de igual ASA pero distinto modelo/marca no
tienen por que ser iguales. Existe una forma de remediar
ello. Se llama hipersensibilizado. Sin embargo
no es algo que el común de los astrofotógrafos amateur
puedan realizar, adicionando el inconveniente que la
película se vuelve demasiado sensible a la humenda y
radiación ambiente. Hay que conservar la película casi
congelada (sin humedad, herméticamente). Hasta el calor
puede velarla, e incluso los detectores de rayos X de los
aeropuertos.
Sin importar todos
los problemas, los innumerables fracasos (aquí es muy
cierto lo de que echando a perder se aprende),
y lo caro que puede llegar a ser, no faltan los
entusiastas, como el que escribe. Los resultados
obtenidos, siempre llenan a uno de satisfacción,
incitando a continuar. Además, esto nos permite
maravillarnos cada vez más del esplendor que hay sobre
nuestras cabezas y que pocas veces miramos. ¿Qué
espera para atreverse a intentarlo?
.
|