Para aquellos que desean saber quién se halla tras la cámara fotográfica, va acá una breve reseña de quién es este astrofotógrafo. Mi interés por la astronomía se manifestó desde pequeño, cuando cursando la básica participé de un taller de astronomía, que consistía simplemente en unas clases donde un profesor nos hablaba un poco acerca de los astros. Sin embargo, todo cobró un nuevo sentido cuando en enero de 1986, pude reconocer por primera vez un patrón de estrellas en el cielo : eran tres estrellas en línea que recordaba haber visto en el mapa estelar de un libro . Se trataba de las tres marías. Dos meses después, pude seguir durante varias noches en el cielo al cometa Halley y comenzó este largo matrimonio con la astronomía que dura hasta el día de hoy. Al año siguiente me hice socio de ACHAYA, lugar donde he podido encauzar de mejor forma mi afición y lugar donde también he hecho grandes amigos. Por allá por el verano de 1993 me compré una cámara Pentax K-1000, la misma que utilizo hoy en día para tomar mis fotos. Mis primeras fotos fueron trazos de estrellas, o patrones de constelaciones con exposiciones de no más de un minuto, con pelicula de 1600 ASA. También tomé fotos con el venerable Duque, un telescopio de 25 cm. de diámetro instalado en una de las cúpulas del observatorio de Cerro Pochoco, perteneciente a la ACHAYA.
     
Pero mis fotos experimentaron un drástico cambio cuando decidí adquirir un telescopio para poder aprovechar su montura ecuatorial y realicé mis primeras fotografías en piggyback, moviendo a pulso el telescopio y logrando con este método exposiciones de hasta 20 minutos sin evidenciar trazos de estrellas. Pronto descubrí que era una verdadera tortura tomar fotos con este método, muchas veces realizando extrañas pruebas de contorsionismo y poniendo a prueba los adoloridos músculos de cuello y espalda. Decidí entonces que tenía que dar un nuevo paso : adquirir una montura ecuatorial de verdad. Así, después de ver los pros y los contra, decidí que la mejor opción era la CG-5 de la Celestron, montura con la que trabajo hasta el día de hoy. Me esmero en lograr los mejores resultados posibles con el equipo del que dispongo. Ello me obliga a programar viajes al norte de Chile, donde sé que contaré con los mejores cielos del mundo. Debo transportar bastante equipo, aproximadamente 35 kilogramos por expedición, y siempre las carpas y los sacos de dormir se convierten en lujos a los cuales debo renunciar. En Chile, en particular en ACHAYA, se está viviendo un verdadero boom de la astrofotografía, les recomiendo visitar los links que aparecen dentro de mi página. Ahora los invito a ver la galería de imágenes.